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Cuidado con el ruido en las oficinas

Ruidos

Podría pensarse que los ambientes laborales ruidosos son exclusivos de talleres o grandes plantas industriales y que las oficinas son estaciones de trabajo silenciosas. Sin embargo, sólo basta poner un poco de atención en estos espacios para darnos cuenta de lo contrario.
Aunque las oficinas no son los centros de trabajo en los que hay que soportar ruidos más molestos no significa que estén exentas de unos niveles de decibelios inaguantables en muchas ocasiones. Esta situación puede acabar causando estrés en las personas que allí desempeñan sus funciones.

“Las labores administrativas o de oficina requieren un alto nivel de atención para ser desarrollados y si se llevan a cabo en ambientes ruidos, difícilmente se obtienen los resultados esperados”, explicó una de las fuentes consultadas.

Entre los ruidos que un oficinista debe tolerar están las conversaciones de sus compañeros, pláticas aisladas, risas inesperadas, tecleos incesantes, puertas que se abren y cierran, faxes e impresoras funcionando, infinidad de tonos de celular timbrando, las constantes y múltiples veces que suenan los teléfonos, tanto fijos como móviles, la música ambiental o la particular de cada trabajador si este no utiliza auriculares o el continuo movimiento de personas.

”Varios son los ruidos especiales  y compañeros inmutables de cada día, entre ellos estan el tecleo, el clic y los ventiladores de las computadoras que disipan el calor”

Aunque cada persona tiene una tolerancia diferente al ruido, está comprobado que éste afecta a la concentración. El ruido producido por una conversación puede reducir la capacidad de concentración hasta en un 20%. En cambio, un ambiente silencioso puede ayudar a mejorar la capacidad de concentrarnos en una tarea hasta en un 50%.

La mejor manera de aislarse de los ruidos de la oficina es la música, a ser posible escuchada a través de auriculares.
La opción ideal es la música clásica pero, como ya hemos explicado anteriormente, otros estilos también ayudan a mejorar la capacidad de concentración y, de paso, ponernos de buen humor. También se pueden usar tapones para los oídos. Y, si las conversaciones llegan a un nivel ensordecedor, se debe rogar a los compañeros que bajen la voz.

Especialistas en la materia coinciden en que lo ideal es que el grado sonoro no supere los 55 dB (decibeles) cuando las actividades requieren concentración elevada. No obstante, en las oficinas puede llegarse hasta un nivel de 70 dB.

Una conversación alcanza 65 dB

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostienen que el 75% de la población que vive en los grandes centros urbanos sufre un impacto acústico superior al recomendable.

Problema escandaloso

El ruido es una de las principales fuentes de distracción y estrés entre los empleados; existen pruebas que demuestran que la exposición constante a este factor afecta al sistema cardiovascular, lo que se traduce en liberación de adrenalina, asociada con el incremento de tensión. Además, un nivel de ruido alto y continuo daña la capacidad auditiva de los trabajadores, resultando en pérdida total de audición.

Entre los efectos negativos, podemos mencionar también cefaleas, mareos, insomnio, angustias, ansiedad, taquicardias, trastornos digestivos, nerviosismo e irritabilidad, así como dolores musculares, desencadenando bajas considerables en el rendimiento de las personas.

Silencio que están trabajando

La American Society of Interior Designers (ASID) y Steelcase, compañía especializada en el diseño de oficinas, estudiaron los efectos de la acústica en la productividad y concluyeron que reduciendo los ruidos en el lugar de trabajo, aumenta la concentración de los trabajadores en casi un 50%.

Varias son las acciones que, después de ponerse en práctica, disminuirán significativamente los sonidos desagradables.

Por ejemplo: En caso de ser posible, colocar el CPU de las computadoras debajo del escritorio de trabajo.

El equipo o maquinaria que produzca sonidos, como faxes o impresoras, deberá instalarse en habitaciones contiguas.

Reducir las pláticas aisladas y reservarlas a los lugares destinados para tal fin. Claro, sin limitar la comunicación entre compañeros.

Disminuir el número de personas en los espacios comunes e instalar mamparas entre cada trabajador.

Colocar sobre la mesa objetos que absorben el sonido como plantas.

Tomar descansos periódicos, buscando lugares alejados del sonido.


fuentes:

tusbuscadores.com
blogcapitalhumano.com

3 comentarios en «Cuidado con el ruido en las oficinas»

  1. Yo me concentro mucho mejor en silencio total, pero en donde trabajo y como en cualquier otro lado, el ruido interrumpe, tengo errores y me desgasto más verificando más de una vez que el trabajo esté correcto, lo que implica una baja productividad de mi parte… Lo curioso es que quieren mudar la oficina a un lugar todavía más ruido, veré que sucede.

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